jueves, mayo 08, 2014

14. Un somriure

La paraula és poderosa, ens transporta en l’espai i en el temps, ens fa posar a la pell d’una altre persona i fins i tot té el poder d’un déu totpoderós que fa i desfà tal i com li plau. Però tot i això, tot i el poder de la paraula, no es pot utilitzar per descriure aquest buit infinit i profund que em va quedar a la marxa de la teva presència, una presència a la que ridículament m’havia acostumat. Un somriure que em mirava directament a dins meu, passant els meus ulls, la meva pell, els meus ossos, el meu jo. Un somriure que em mirava per dins i que em feia transparent al moment. Un somriure dolç, un somriure tendre, però a la vegada trist i cansat de buscar, decepcionat amb el que la vida li havia donat i esperançat d’haver acabat la cerca. Però, per algun motiu estrany que encara avui en dia desconec, de cop es va apagar i ja no em va mirar més. Bé, em puc imaginar el perquè però en realitat no vull admetre-ho. Hi ha coses que són massa difícils d’admetre, però tampoc va voler sentir cap explicació. Aquell somriure cansat va deixar d’estar còmode davant meu, i es va esvair i va fugir tan ràpid com va aparèixer. Tot i això encara el veig, tan tendre i dolç, cada vegada que tanco els ulls. Potser és per això que qualsevol excusa és bona, per curta que sigui, per tancar-los un instant.

jueves, mayo 26, 2011

13 ☆ ¿Por donde empezar?

¿No os ha pasado alguna vez que os enamoráis de una persona que no conocéis? Más por la imagen que nos hacemos de él o de ella que por como es en realidad. Claro está, no lo conocemos así que no hay manera de saber cómo es en realidad. Y lo vemos cada día e intentamos seguirlo con los ojos, analizando cada gesto en busca de nuevas informaciones que nos confirmen nuestras teorías. Acaba de sonreír = es una persona agradable. Se baja la gorra hasta la nariz y va a lo suyo mientras los demás hablan = es un soñador. Saca un cigarrillo = todos tenemos algún defecto. Oh no, acaba de levantar la vista y me ha pillado mirando. Disimulemos.....

Veo que habla con un conocido. ¡Toma ya! Espero un rato a que se separen, un rato prudencial, y casualmente me acerco a saludar. ¿Qué tal todo? ¿Qué estás haciendo ahora? ¿Estudiando? ¿Ya tienes pensado de qué trabajar? y mientras sus respuestas hacen eco en alguna parte de mi cerebro, el resto busca una excusa para preguntarle el nombre del chico. Ah si! ¿Oye, ese no era Juan, del colegio? A lo que responde "uy no, ese es Carlos, fuimos al instituto juntos. Vive dos calles más arriba".

Volveré a pasarme por aquí mañana a la misma hora, a ver si aparece. 

miércoles, mayo 04, 2011

12 ☆ Et cela faisait vingt ans que.....

J’étais étendue sur le sable. La plage était presque vide, et je me rappelait d’un livre que j’avais lu il y a longtemps, un livre sur les jours d’été. J’aimerais le lire une autre fois. Est-ce que je l’avais acheté ? Non, je n’ai pas payé un euro pour ce livre. Était-il un cadeau ? Non, il n’était pas emballé. Oh no, je l’avais pris de la bibliothèque et cela faisait vingt ans que je devais le rendre.

viernes, abril 22, 2011

11 ☆ -20º

07.00 AM, suena el despertador. El hielo de la ventana te indica que fuera hace mucho frío, aunque en tu habitación la calefacción está tan fuerte que puedes ir en manga corta. Te preparas algo para desayunar y te vistes: medias debajo de los tejanos si no quieres morir de frío, y una camiseta de cada si no quieres morir de calor (tirantes, manga corta, manga larga, una segunda manga larga es opcional, y un jersey o sudadera). Te vas vistiendo dentro de tu habitación con la calefacción a tope y ya empiezas a sudar. Te pones tu chaqueta con doble forro, los guantes, la bufanda, el gorro, y te dispones a salir a la calle. -20º. Hace mucho frío, pero sólo lo notas en las mejillas y la nariz, la única parte de tu cuerpo que no has podido cubrir. No puedes correr hacia la estación de metro porque el hielo que hay en el suelo te haría caer. Sabes que algún día te vas a caer igualmente, por muy cuidadosa que seas, todo el mundo te ha repetido mil veces que cada invierno debes meterte una santa leche contra el suelo como mínimo.

Llegas a la parada de metro (por fin!) para descubrir que la calefacción ahí está tan fuerte como en tu habitación. Pasas el metropass y esperas a que llegue el metro. Empiezas a sudar, hace mucha calor. Es horrible. Te quitas la chaqueta, los guantes, la bufanda y el gorro para evitar una lipotimia. Llega el metro y intentas sentarte mientras tienes contigo un montón de ropa. Quince horribles minutos en ese pequeño horno donde notas como te cueces a cada segundo que pasa. Tu parada. Bajas corriendo y te vuelves a poner la chaqueta, los guantes, la bufanda y el gorro mientras corres a la parada del bus para no perderlo. Esperas al bus y, aunque este bajo tierra, notas el frío de la calle. Te da igual, ahora ya te gusta el frío. De hecho, ni siquiera te pones el gorro. Llega el autobús. Está tan abarrotado que no puedes quitarte nada. Diez minutos de bus que se hacen interminables. Miras el reloj, vas bien de tiempo, paras una parada antes para huir de aquel segundo mini-horno.   El frío de la calle te sabe a gloria y lo disfrutas mientras llegas a la entrada de la universidad donde, por supuesto, voy a tener que quitarme la chaqueta, los guantes, la bufanda, (el gorro no que no me lo había vuelto a poner), la sudadera y alguna de las camisetas de manga larga, depende de cómo lo veas. 


jueves, diciembre 13, 2007

10 ☆ Pequeñas conversaciones

- Oye Smarlka, ¿tu crees en los humanos?
- ¿Humanos? no me vengas con cuentos de niños
- ¿Eso es que no crees que existan?
- Como historias para antes de acostarse están bien, pero no son más que eso: historias
- Vaya..... entonces no veré nunca uno....
- ¿Ver uno? ¡¿Y para qué quieres verlos?! si su aspecto es tal y como se narra en los cuentos antiguos, son gigantes que miden más de trescientos filords* y que se arrugan y marchitan con el paso del tiempo. ¿Para qué querría alguien ver un ser parecido? Es una suerte que no existan.
- Pero quizás vivan más allá del bosque.....
- ¿Más allá del bosque? ¿donde acaba la tierra cultivable y el aire respirable lleno de oxígeno? No me hagas reír. Esa zona está deshabitada, ningún ser sobreviviría allí más de uno o dos días.
- Quizás se hayan acostumbrado a ese hábitat.
- pero a ver, ¿acaso has visto tu alguno?
- no, pero....- Pues ya está! No has visto ningún humano en tu vida, por tanto no existen. Hace millones de años algún viejo gnomo inventaría a estos seres para poder dormir a sus tataranietos por las noches.
*un filord es una unidad de medida exclusiva de los gnomos

sábado, mayo 05, 2007

receta -- Brownie de chocolate

Ingredientes

80 gramos de mantequilla
150 gramos de chocolate negro (ojo! para fundir)
2 huevos
200 gramos de azúcar
90 gramos de harina
50 gramos de nueces o avellanas (consejo: añadir una pequeña cantidad de almendras molidas y dejar las nueces poco troceadas)



Preparación

- Calentar el horno (170º )

- Fundir el chocolate y la mantequilla en el microondas o al baño maria. Dejar enfriar un poco

- Batir los huevos (batir la clara separadamente opcional)

- Añadir el azúcar y la harina (poco a poco y removiendo todo el rato, para que no queden grumos)

- Añadir el chocolate y la mantequilla fundidos (remover antes de verterlo en el bol con la mezcla, porque al dejarlo reposar quedan separados)

- Añadir las nueces, avellanas, almendras etc (los frutos secos, vamos)

- verter en un bol previamente untado con mantequilla. Vigilar que quede aplanado (no hace falta que este perfectamente plano, sólo que no queden nueces por encima)

- Introducir en el horno a 175 º , 35 minutos


Una vez hecho, dejar enfriar y reposar un poco antes de comerlo! acompañado con helado queda buenísimo!

sábado, diciembre 30, 2006

09 ☆ Amigos imaginarios

Empiezo con la historia de Mario y Pedro, un niño de siete años y su mejor amigo: un ser imaginario. El primer capítulo es una introducción al mundo de Mario. Espero que os guste y seguiré con su historia en los capítulos siguientes.



Capítulo 1


A todos los niños les gusta jugar. Pero en muchos de sus juegos necesitan a otros niños que jueguen con ellos. El recreo es el sitio idóneo para realizar esos juegos: un gran espacio donde hay muchos compañeros con quien jugar. Pero todos sabemos que hacer amigos no siempre es fácil, y a algunos niños les cuesta más que a otros. Mario es uno de esos niños. Le gustaría jugar a piratas y, junto con el resto de la tripulación, surcar el patio en busca de tesoros escondidos. O ser un delincuente peligroso perseguido por la justicia en el Far West. O ser el protagonista de una de las series de dibujos que cada mañana ve en casa antes de ir a colegio. Pero para todo eso necesita alguien que grite con él: Al abordaje!!, que le persiga por el Far West o que haga de malo malísimo de su serie favorita.

Por esas razones Mario creo su amigo imaginario: es más bajito que él, de color lila clarito y puede saltar el doble que cualquier persona normal. Odia las mates (como él) y plástica es su asignatura favorita. Siempre escucha a Mario y cree que todo lo que hace es genial. Su nombre es Pedro.

- Es el mejor amigo que tendré nunca! – piensa Mario


Mario y Pedro se van a dormir pronto, puesto que los papás de Mario son estrictos con los horarios. Pero Mario se hace el dormido hasta que oye la puerta de sus padres cerrarse. Entonces enciende la luz de la mesita de noche y lee a Pedro sus tebeos favoritos (que siempre gustan a Pedro).
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